El gestor de fondos de inversión libre más rico advierte que el nuevo plan de utilización del Fondo Europeo de Estabilización Financiera no tranquilizará a los mercados
En la entrevista mantenida desde su oficina junto al Central Park en Manhattan,George Soros manda una advertencia a los líderes europeos reunidos en Bruselas este fin de semana. El nuevo plan de utilización del Fondo Europeo de Estabilización Financiera como un seguro para garantizar hasta un 20% de las nuevas emisiones de bonos españoles e italianos no será suficiente para tranquilizar a los mercados. "Subirán más las primas de riesgo", dice el poderoso gestor del fondo de alto riesgo o hedge fund, Quantum. Es un consejo que debe tenerse en cuenta. A sus 81 años, Soros tiene un profundo conocimiento de la frágil psicología que rige en los mercados financieros y lo ha rentabilizado. Tras repetidas apuestas acertadas en los últimos veinte años, es el gestor de hedge fund más rico del mundo, con un patrimonio personal estimado en 17.000 millones de euros. En esta entrevista propone un plan alternativo.
¿Cuáles serían las consecuencias para España si los dirigentes de la zona del euro reunidos este fin de semana en Bruselas postergan de nuevo una solución europea para los problemas de la periferia?
Muy negativas. Ahora mismo, el sistema financiero europeo no funciona con normalidad. Los bancos no se prestan dinero. El crédito no circula como debería. Si retrasan más la toma de decisiones, las primas de riesgo de los bonos españoles e italianos volverán a subir. O sea, si no actúan ya, la cumbre sólo va a servir para prolongar la agonía.
El nuevo plan parece consistir en la utilización del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) como mecanismo de seguro a primera pérdida que garantizaría, por ejemplo, el 20% de cada emisión de deuda española o italiana. ¿Funcionará?
Lo dudo mucho. Podría ser suficiente, pero me temo que los mercados no confían en que baste una garantía del FEEF como esa. Por ello, no creo que logre reducir demasiado las primas de riesgo española e italiana. Este es mi temor. Sería mejor adoptar medidas que den una seguridad mayor a los mercados de que van a funcionar.
¿Y qué deberían anunciar?
Tendrían que utilizar el fondo de estabilidad para garantizar todos los bancos de la zona euro. A cambio, las autoridades harían lo necesario para ejercer un control sobre los bancos para evitar la venta de activos y garantizar la reanudación de los flujos crediticios. Esto es crucial para impulsar la economía y evitar lo que podría convertirse en una depresión económica si se cierra el grifo del crédito.
¿Se refiere a una participación pública en los bancos?
No, eso no es necesario. La garantía significaría que los bancos podrían evitar esa recapitalización forzosa a la que se resisten. Creo que los bancos la aceptarían de buen grado. Pero si no participasen en el programa, las autoridades públicas podrían adoptar otras medidas de persuasión sin tomar el control directo. El Banco Central Europeo podría negarles el acceso a la ventanilla de descuento, por ejemplo, lo que les impediría seguir operando.
¿Cómo se resolvería el problema de financiación de países como España dada las primas de riesgo?
Habría que exigir a los bancos que comprasen deuda a corto plazo emitida por países como España e Italia. Podrían vender estos títulos al BCE en cualquier momento. Serían instrumentos muy líquidos, en realidad, un sustituto de efectivo. Pero los bancos tendrían incentivos para mantenerlos en sus balances porque, por bajos que fueran los tipos, rendirían más que un depósito en el BCE. De modo que se permitiría que España e Italia pudiesen obtener fondos a tipos de interés muy reducidos.
Si el fondo va a garantizar a los bancos, ¿por qué haría falta que España siguiera recapitalizando sus bancos y cajas?
España debe seguir con la recapitalización de las cajas. El país se mueve en la dirección correcta. Dados los obstáculos externos, el Gobierno español está haciendo todo lo que puede.
Siempre ha advertido usted contra el peligro de las espirales descendentes y la retroalimentación. ¿Cuánto tiempo darán los mercados a España e Italia si no se adopta el tipo de medidas que usted recomienda?
Hay una espiral descendente a largo plazo en la dinámica de países endeudados en la zona euro. La deuda crece más rápido que la economía. En España, por ejemplo, la economía apenas avanza, mientras que la deuda crece. Eso conduce al país en la dirección equivocada y hace casi imposible satisfacer los objetivos de déficit. Pero el verdadero problema no es tanto la deuda como la falta de crecimiento.
En ese caso, ¿el próximo gobierno español quizá debería suavizar las medidas de austeridad e intentar impulsar un mayor crecimiento?
El problema es que, entonces, subirían las primas de riesgo. Los mercados se cobrarían un precio muy alto si España abandonase las medidas de austeridad. Sería mejor no reducir el gasto público, porque eso aumenta el desempleo. Pero no se puede evitar porque este hecho choca contra escollos impuestos desde fuera.
¿Pero dónde se genera el crecimiento?
Hace falta un cambio de mentalidad por parte de Alemania. Dadas las restricciones legales que ese país se ha autoimpuesto, el nuevo estímulo tendrá que ser generado del plano europeo. Para empezar, el Banco Europeo de Inversiones tiene que ser movilizado para poner en marcha un programa de grandes proyectos europeos.
¿Qué clase de quita debería aplicarse a Grecia en caso de quiebra?
Grecia es, a todas luces, insolvente. Necesitará una reestructuración de la deuda ordenada y aceptada voluntariamente por sus acreedores. Es mejor eso que una quiebra desordenada, que tendría unas consecuencias catastróficas.
¿Cuál cree que será el desenlace más probable de la crisis: una mayor integración, eurobonos, una unión fiscal... o la división de la eurozona?
No creo que Europa tenga elección. La división sería catastrófica. Pero en su forma actual, el euro no funciona. El caso es que no se puede deshacer la tortilla una vez que está hecha. Hace falta una estrategia de crecimiento y un sistema diseñado para corregir desequilibrios por medio de ajustes no sólo en los países deudores –España, Italia etcétera– sino también en acreedores como Alemania.
La Vanguardia (España)