El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, envió un mensaje severo a los países en la endeudada periferia de Europa en el que insistió en que los crecientes problemas de la región no eran una invitación a flexibilizar metas de déficit.
"No hay intercambio factible" entre las reformas económicas y el ajuste de cinturón fiscal, indicó Draghi en una entrevista con The Wall Street Journal, la primera que brinda desde que Grecia selló su segundo rescate. "Dar marcha atrás en metas fiscales generaría una reacción inmediata del mercado", y elevaría los diferenciales de las tasas de interés aún más, sostuvo.
Las declaraciones de Draghi se producen en medio de un debate que se intensifica en Europa sobre si una mayor austeridad es la mejor receta para países que enfrentan una contracción económica sustancial y lo dejan en el terreno de las posturas más duras, junto a Angela Merkel y otros funcionarios alemanes.
En una discusión que abordó varios temas en su oficina de Fráncfort, Draghi reflexionó sobre la forma en que las tribulaciones fiscales de la región llevaban a Europa hacia una unión más estrecha. Sugirió que el pregonado modelo social europeo estaba moribundo, citando altas tasas de desempleo en la juventud y abogando por reformas que creen trabajo para esa población. No hay soluciones rápidas para los problemas de Europa, dijo, y agregó que las expectativas de que China y su abundante efectivo acudan al rescate no eran realistas. En cambio, afirmó que las crisis económicas continuas obligarían a los países a realizar reformas estructurales en los mercados laborales y otros aspectos de la economía, asegurando la prosperidad a largo plazo de la región.
Aunque se mostró complacido por la relativa calma en los mercados de deuda europeos en los últimos meses, afirmó que el crédito sigue siendo escaso, en especial en el sur del continente.
Grecia, a pesar de su rescate más reciente de 130.000 millones de euros, sigue siendo un riesgo alto, sostuvo. Mientras Atenas acordó controlar su deuda y reformar su economía, sus líderes ahora deben mostrar que implementarán las medidas. "Es difícil decir si la crisis terminó", acotó.
Una cantidad de líderes europeos, encabezados por el primer ministro italiano Mario Monti, quieren alejar el foco de Europa de los recortes de gastos y ponerlo en la estimulación del crecimiento.
Draghi sostuvo que la austeridad, junto con los cambios estructurales, es la única opción para la renovación económica.
Esa postura fue apoyada el jueves por la Comisión Europea. Pese a pronosticar una recesión para la zona euro este año, la comisión indicó que los gobiernos bajo estrés financiero "deberían estar listos para cumplir con metas presupuestarias".
Draghi señaló que mientras los recortes de gasto fiscal perjudican la actividad a corto plazo, los efectos negativos pueden ser compensados por reformas en el mercado laboral y otros sectores.
Los críticos han arremetido contra el marcado hincapié europeo en la austeridad, al decir que está llevando a la zona euro, que representa alrededor de un quinto de la producción mundial, a estancarse o contraerse, amenazando la recuperación global. Los aumentos de impuestos y los recortes del gasto en el sur de Europa e Irlanda también exacerbaron las brechas que ya eran amplias entre las sólidas economías del norte y la frágil periferia, señalan analistas.
La afirmación de Draghi sobre que las reformas compensarán los efectos negativos de la austeridad también podría generar escepticismo. Descartar ineficiencias en los mercados laborales o recortar las burocracias gubernamentales afecta el crecimiento a corto plazo sin importar cuáles sean los beneficios a largo plazo, afirman algunos economistas.
Draghi reconoció que todas las formas de austeridad no tenían igual impacto económico. "Una 'buena' consolidación es una en la que los impuestos son más bajos y el menor gasto gubernamental es en infraestructura y otras inversiones", indicó.
Draghi fue más optimista sobre la economía en la zona euro en general que, dijo, se está estabilizando. Los gobiernos han hecho progreso en reducir sus déficits, lo que vuelve más competitivas a las economías. Los bancos se han estabilizado y los mercados de bonos están volviendo a abrir. Portugal, que según muchos analistas será el próximo en recibir otro rescate luego de Grecia, no necesitará volver a ser rescatado, afirmó Draghi.
WSJ,
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