Hace ocho meses, cuando estalló la protesta de los trabajadores de varias empresas contratistas de la reserva de petróleo de Campo Rubiales en Puerto Gaitán (Meta), saltó a la palestra pública una de las empresas de mayor crecimiento en los últimos años en Colombia: Pacific Rubiales Energy. Hoy, esta compañía desdoblada en medio centenar de firmas en cinco países constituye un caso de estudio por su inusitado auge económico y su proyección social, pero también por los múltiples conflictos con varias instancias del Estado.
La historia de este conglomerado empresarial está asociada con el destino de cuatro empresarios venezolanos, que descontentos con las políticas económicas del presidente Hugo Chávez en su país y aprovechando la creación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos en 2003, con alicientes para la inversión extranjera durante el gobierno Uribe, se unieron en Colombia para buscar gas y petróleo. En 2004 consolidaron su iniciativa en la Bolsa de Valores de Toronto (Canadá) y desde entonces son protagonistas de primer orden.
Aunque desde 1995 se habían asomado al país con inversiones mineras, hace ocho años dieron el primer paso en firme cuando empezaron a explotar el campo de gas La Creciente, en el municipio de San Pedro, en el departamento de Sucre, cuya producción comenzó a crecer a un ritmo constante, al punto de que la compañía expandió sus actividades a otros frentes de la producción gasífera. Pero el gran negocio llegó en 2007, cuando decidieron apostar a la exploración de petróleo en el dorado de Puerto Gaitán, Meta.
Cuando Pacific Rubiales Energy entró a la empresa Metapetroleum, la producción era escasa. Hoy, Campo Rubiales representa el principal activo de la compañía y el de mayor expansión en Colombia. La experiencia de sus propietarios en Pdvsa fue suficiente para que en un solo año se perforaran 71 pozos, implementando las más modernas técnicas de la industria petrolera. Poco a poco la empresa fue multiplicando sus bloques de exploración en Colombia, luego en Perú, hasta que decidió aventurarse en otros frentes económicos.
Un reciente informe de la revista Dinero advierte que hoy el conglomerado tiene en su portafolio la exploración y explotación de carbón, oro, hierro, acero, producción de energía y cultivos de caucho y palma de aceite. En su último reporte sobre sociedades subordinadas, Pacific Rubiales Energy reportó la inscripción en la Cámara de Comercio de Bogotá de la sociedad Agro Cascada, para tratamiento de aguas residuales, y la Promotora Agrícola de los Llanos, para fomentar la producción pecuaria en tierras cercanas a Campo Rubiales.
Sin embargo, la mayor sorpresa es la forma como los dueños de la empresa Pacific Rubiales Energy han decidido incursionar en el negocio de los medios de comunicación. En la actualidad poseen el 19% del paquete accionario del canal Cablenoticias, propiedad de su coterráneo Alberto Federico Ravell. Hasta hace pocos días tuvieron acciones en el diario El Tiempo, pero vendieron su propiedad al banquero Luis Carlos Sarmiento. Son además anunciantes permanentes en reconocidos espacios de la radio, la prensa y la televisión.
En síntesis, el devenir empresarial de Pacific Rubiales Energy es noticia de primera plana hoy en el país. El más reciente reporte de ingresos estimó en US$3.381 millones el desarrollo de sus actividades en el último año. En cuanto a las utilidades netas, se dice que durante 2011 alcanzaron la cifra de US$554 millones, registrando un crecimiento del 109%, con respecto a lo alcanzado en 2010. Es tan exitosa su operación económica, que hace apenas tres años informaba de más de 214 millones de acciones en circulación con óptimo valor patrimonial.
Hasta ese momento, todo iba a pedir de boca en Pacific Rubiales Energy, e incluso ostentaba la condición de ser listada como la primera compañía de valores en el mercado colombiano. Pero hacia mediados de julio de 2011 sobrevino la crisis creada por las protestas de los trabajadores de las empresas contratistas en Campo Rubiales y comenzaron los problemas, a pesar de que la empresa insistió una y otra vez que su nómina directa era de apenas 1.500 trabajadores, pues el resto, unos 13.000, estaban tercerizados en cooperativas.
Hoy subsisten versiones encontradas sobre el conflicto laboral. A pesar de que persisten los reclamos de los trabajadores por las excesivas jornadas para la mano de obra no calificada y porque abundan los contratistas que siguen aprovechando la falta de reglas claras, la empresa sostiene que más del 80% de los empleados están afiliados al sindicato del sector energético, lo que confirma su compromiso con el derecho de la libre asociación. “El clima laboral se encuentra en condiciones ideales”, resalta la compañía.
Pero apenas cesaba la agitación social en la región de Puerto Gaitán, cuando la Dirección de Impuestos y Aduanas (DIAN) inició varias investigaciones contra Pacific Rubiales Energy por presuntas irregularidades en el pago de tributos de renta y ventas. Incluso, hacia noviembre de 2011, trascendió que 50 funcionarios de la DIAN adelantaron una inspección a las oficinas de la empresa para verificar documentos, especialmente en el tema del pago a los proveedores. Las pesquisas de la DIAN siguen sin resolverse.
En opinión del vicepresidente de Asuntos Corporativos de Pacific Rubiales, Federico Restrepo, desde el día de la visita de la DIAN, que calificó como exagerada, la empresa ha suministrado toda la información que le ha sido solicitada y se han permitido todas las revisiones que han querido programarse. El directivo agregó que con toda seguridad habrá un desenlace favorable para la compañía y que las dudas surgieron a partir de una compañía contratista que suministra servicios y que por eso se tomarán acciones en la relación contractual.
Luego le tocó el turno a la Contraloría que, en un informe sobre la renta minera y de hidrocarburos de 2011, le dedicó unos cuantos renglones para destacar algunos hallazgos en el campo La Creciente, de Pacific Rubiales Energy. En principio que no se estaba cumpliendo a cabalidad con la reglamentación internacional, en cuanto a las instalaciones. En otro aparte quedó reseñado que en muchas estaciones auditadas los equipos de muestreo eran inadecuados o que no había líderes de medición en algunos puntos.
En términos generales, aspectos técnicos que en criterio de la Contraloría delegada para el sector de minas y energía dejaban advertir incertidumbre sobre el conjunto de datos requeridos para la fiscalización de la producción petrolera y su repercusión en el cálculo de las regalías. Un diagnóstico de enero de 2012, que se sintetizó en que posiblemente se podrían estar generando consecuencias fiscales en contra de los intereses de la Nación y las regiones productoras, ante lo cual surgía la necesidad de emitir una función de advertencia.
Frente a las observaciones de la Contraloría, el comentario de Pacific Rubiales Energy refiere que el reporte era sobre todo el sector energético y de hidrocarburos, y que en el caso de su empresa, “sólo se encontraron pequeñas diferencias entre lo que se transporta por el gasoducto y los registros de la Agencia Nacional de Hidrocarburos”. Es decir, insistió Federico Restrepo, sólo se trata de un proceso de revisión y ajustes que será adelantado sin problemas. Y recalcó: “No es una investigación contra Pacific Rubiales”.
Apenas cesaban los ecos del informe de la Contraloría cuando vino otra investigación, esta vez de la Superintendencia de Sociedades, porque supuestamente no se registraron a tiempo algunas de sus empresas. Pero no fue una, fueron ocho investigaciones, cuatro de las cuales terminaron en multa y cuatro en archivo. La pelea de fondo con la Superintendencia de Sociedades sigue concentrada en declarar o no la situación de control de su matriz. Es decir, si existe claridad respecto a la propiedad de cada una de las filiales de la empresa principal Pacific Rubiales Energy.
La respuesta de la empresa es que después de cinco meses de investigación, hace dos semanas la Superintendencia de Sociedades dejó claro que Pacific Rubiales no constituía un grupo económico y que incluso, a pesar de los grandes rumores que querían resaltar la gravedad de la situación, no se comprobó lo sospechado. Eso sí, aclaró Restrepo, la Superintendencia impuso una multa de $100 millones por no haber declarado a tiempo el control de una de sus empresas. La multa se pagó y no se apeló la sanción.
La última noticia sobre la empresa de moda en Colombia surgió por las diferencias entre Pacific Rubiales y la estatal Ecopetrol, respecto al contrato del bloque Quifa. Una diferencia de interpretación en cuanto a la definición de la participación de la empresa oficial cuando se presentan una sobreproducción y altos precios del crudo. El asunto tendrá que dirimirse ante un tribunal de arbitramento, aunque Ecopetrol ha insistido públicamente que sí existe un conflicto y no una simple diferencia en interpretación de precios.
Ante el comentario del ministro de Minas, Mauricio Cárdenas, en el sentido de que el estimado anual de lo que debería devolverle Pacific Rubiales a Ecopetrol en esta controversia puede ser del orden de los US$20 millones anuales, el ejecutivo Restrepo contestó que se trata de un giro normal en un proceso comercial por una diferencia de criterios en la forma como se liquidan y distribuyen los barriles producidos cuando se dan precios altos. Pero que el tema lo va a resolver, a través de un procedimiento ágil y amigable, un tribunal de arbitramento con juristas de las más altas calidades.
Hace ocho años hizo su aparición en Colombia la empresa de mayor proyección nacional. Hoy constituye una novedad porque entre sus principales dirigentes y abogados empiezan a figurar destacados y reconocidos profesionales del ámbito criollo. Pero el nombre de Pacific Rubiales se sigue expandiendo y en Perú, Guatemala, Panamá, Islas Caimán o Reino Unido ya se menciona por su ascenso. Incluso se ha anunciado que próximamente va a comprar un equipo de fútbol que juegue en Villavicencio. Es el nombre de moda y también el epicentro de los organismos que miran sus dividendos.
Los artífices de la petrolera de moda
Ronald Pantín
Durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez en Venezuela fue el ingeniero industrial y de petróleos, y dicen que fue quien convirtió a Pdvsa en la segunda petrolera del mundo. De hecho, duró 23 años en la empresa estatal venezolana, pero tuvo que retirarse de la misma por el Plan Colina, promovido por el presidente Hugo Chávez, quien forzó al retiro a 22 mil empleados de la entidad. En 2003, junto con sus socios, empezó a configurar su proyección hacia Colombia, dándole forma a Pacific Rubiales.
Miguel de la Campa
Con estudios de economía internacional en la Universidad de Georgetown, este profesional de las finanzas acredita una larga experiencia en las tareas de comercialización del petróleo y empresas mineras en América Latina, Estados Unidos, Europa y África. Es el experto en el tema de la promoción empresarial y, por ende, la persona que ha sabido proyectar la compañía en el ámbito internacional e incluso posicionarla en el mercado de valores y en las bolsas de Toronto, São Paulo y Bogotá.
José Francisco Arata
Egresado de la Universidad de Torino e ingeniero y geólogo de la Universidad Central de Venezuela, José Francisco Arata acredita más de veinte años de experiencia en el campo de la exploración y explotación de petróleo. Es el hombre del conocimiento técnico, el que sabe dónde es viable encontrar el oro negro. Después de un largo recorrido por su país natal, especialmente desde un alto cargo en la empresa Maraven, es el gestor del proyecto llamado Pacific Rubiales.
Serafino Iacono
Su conocimiento, así como su experiencia, es el mercado de capitales. Lo tiene claro desde Canadá y por eso fue la persona que aportó la información económica básica para consolidar el nacimiento de la empresa Pacific Rubiales Energy. Más de 30 años en el tema fueron suficientes para que, junto con sus socios De la Campa, Arata y Pantín, escogieran a Colombia como el sitio de proyección para su exitosa inversión petrolera, gasifera y minera, entre otros renglones económicos.
Resultados financieros de 2011
Después de la estatal Ecopetrol, la compañía Pacific Rubiales Energy se convirtió el año pasado en la segunda productora de crudo. En 2011 ganó US$554 millones y su crecimiento fue del 109% comparado con 2010. En cuanto a los ingresos, en 2011 se duplicaron al registrar US$3.381 millones por la explotación petrolera.
La expansión de campos como Rubiales y Quifa Suroccidental, así como el aumento de producción en los campos de Quifa Norte y Sabanero, reportaron mayores utilidades. El año pasado, la compañía registró además un crecimiento de las reservas petroleras del 34%.
En 2012 Pacific tiene un plan de inversiones de US$1.200 millones: para producción, un 45%; otro 28% en exploración, y 23% en nuevos pozos.
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