domingo, 3 de junio de 2012

La relajación cuantitativa se topa con el iceberg europeo

Hace unos pocos meses, los inversionistas podrían haber pensado que si Europa empeoraba decididamente, la Reserva Federal de Estados Unidos lanzaría otro programa de compra de bonos. Pues bien, es indudable que Europa ha empeorado, pero esto ha ayudado a arrastrar las tasas a un nivel tan bajo que no tendría sentido implementar medidas adicionales.

El rendimiento de la nota del Tesoro de Estados Unidos a 10 años alcanzó el miércoles un mínimo récord para un cierre del 1,63%. Datos que se remontan a 1798 muestran que nunca ha habido un periodo en que los rendimientos de los bonos a largo plazo del gobierno hayan estado siquiera cerca del nivel en que se encuentran ahora.

Entretanto, la Reserva Federal tiene previsto concluir en junio su programa "Operación Twist", bajo el cual ha vendido instrumentos de deuda del gobierno a corto plazo y ha comprado títulos con vencimientos más largos. Sin embargo, los inversionistas, en su afán por refugiarse en la relativa seguridad de los títulos del Tesoro, no parecen preocupados de que el banco central esté a punto de salir del mercado.

La caída de los rendimientos de los títulos del Tesoro ofrece una importante compensación a cualquier debilidad económica que provenga de Europa. En primer lugar, están arrastrando a la baja a otros costos de financiación. Las tasas de los créditos hipotecarios convencionales se encuentran en los niveles más bajos jamás registrados, mientras que los rendimientos de los bonos corporativos con grado de inversión están en sus menores niveles desde la década de los 60.

En segundo lugar, la caída de los rendimientos envía un mensaje de que Estados Unidos es un lugar seguro para invertir, realizar transacciones bancarias y hacer negocios.

Desde luego, podrían haber otras razones para que la Fed extienda la Operación Twist. Si los mercados de acciones y deuda corporativa comienzan a verse verdaderamente complicados, la entidad podría querer enviar una señal de confort a los inversionistas.

O, si los líderes europeos crean un plan a gran escala para resolver su crisis, la Fed podría querer darles una mano otorgando un respaldo global.

Pero, por ahora, el titular de la Fed, Ben Bernanke, solo puede observar con asombro cómo Europa ha hecho más para reducir las tasa de interés y elevar la talla de Estados Unidos de lo que él jamás pudo. Ojalá no esté celoso.


WSJ.

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