jueves, 3 de noviembre de 2011

Lo que se juega en el G20.




Los líderes del Grupo de los 20, las veinte mayores economías del mundo, se reúnen jueves y viernes en Cannes, en el sur de Francia, en medio de un ambiente de crisis financieras y temores de reincidencia en la recesión.

Lamentablemente ese parece ser un marco ya familiar en este tipo de encuentros.


Después de la crisis financiera del 2008, el G20 logró importantes acuerdos que ayudaron a la recuperación de la economía mundial y aunque evitaron la debacle global no terminaron de darle el impulso necesario para dejar atrás los temores de una reincidencia en la recesión.

reunión del G20 en Cannes, francia
Pero ahora es más difícil para el grupo encontrar un terreno común en cuanto a los ajustes económicos y comerciales mundiales que deben hacerse. Aquí algunas claves de lo que se hablará en el encuentro.
La eurozona y la economía global

Grecia está sumida en la confusión política luego de que el primer ministro Yorgos Papandreu dijera que el reciente acuerdo europeo para el rescate de su economía debe ser sometido a un referéndum nacional.

La ciudadanía griega está molesta con los recortes al gasto público anunciados para capear la crisis y el plan de ayuda implica más restricciones.

Si el electorado dice que no, o si el gobierno griego colapsara antes, Grecia podría quedarse sola si decidiera dejar de pagar sus deudas o si dejara la moneda única europea, el euro.

Eso tiene a los mercados nerviosos. Y mientras tanto, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otros, la economía global está bordeando precariamente el precipicio de otra recesión
¿Por qué la pequeña Grecia preocupa al G20?


El primer ministro griego Yorgos Papandreu tiene la difícil tarea de satisfascer a los mercados y los votantes.

Lo que sucede en Grecia genera importantes preguntas sobre la eurozona toda. Los prestamistas están nerviosos de dar créditos a Italia, que también tiene mucha deuda acumulada y que es una economía mayor que la griega.

Si Italia no pudiera contratar nuevos préstamos, se encontraría que tampoco puede pagar las deudas que ya tiene.

Los bancos europeos han prestado mucho dinero a Italia y a otros gobiernos de la atribulada eurozona. Y otros bancos alrededor del mundo han prestado un montón de dinero a bancos europeos.

Así que la crisis de la deuda en Europa amenaza con desatar una posible reacción en cadena en bancos y gobiernos similar a lo que sucedió en 2008.
¿No hay ya un acuerdo de rescate?

Los gobiernos europeos acordaron incrementar los fondos de rescate de los US$600.000 millones (440.000 millones de euros) a casi US$1,4 billones (1 billón de euros). Además quieren que los bancos incrementen su capital en US$147.000 millones (106.000 millones de euros) para protegerse contra eventuales pérdidas.

Pero hay varios problemas. Primero que quieren que países como China contribuyan con el fondo de ayuda. Segundo, que el acuerdo debe ser ratificado por los 17 parlamentos de la eurozona, con el voto de Grecia luciendo ya bastante frágil.

Tercero, incluso antes del anuncio de referéndum griego, los mercados parecen haber perdido confianza en el acuerdo de ayuda y en la deuda italiana, en particular.
¿Por qué China ayudaría a Europa?

Hay un elemento de interés propio. Si la eurozona se desintegrara -por ejemplo, si Italia quebrara- podría resultar en otra crisis financiera global y una recesión, lo cual no es bueno para nadie.

Los 20 más grandes

Argentina
Australia
Brasil
Canadá
China
Unión Europea
Francia
Alemania
India
Indonesia
Italia
Japón
México
Rusia
Arabia Saudita
Sudáfrica
Corea del Sur
Turquía
Reino Unido
Estados Unidos



Pero China puede ponerle condiciones a sus préstamos, como el tener más acceso a los mercados europeos u obtener apoyo político en sus disputas con Taiwán o con EE.UU.

Incluso es posible que China exija garantías a Alemania y otros países fuertes de la eurozona por los préstamos que pudiera dar a Italia.

Algunos economistas dicen que China también tiene un interés en comprar euros que necesitaría para hacer los préstamos, lo que daría un impulso al valor de la moneda única europea y una ventaja competitiva a las exportaciones chinas.
¿Y si el plan falla?

Si Grecia falla en cumplir con el plan, o algún otro país lo hiciera, habría una crisis financiera global. Ciertamente la crisis podría producirse de todos modos, ya que muchos economistas advierten que el último paquete de ayuda no es adecuado para ayudar a Italia.

Así que un punto importante en la mente de los líderes europeos serán los planes de contingencia: cómo aislar a sus propios bancos y a sus economías de otro pánico financiero.

Seguramente habrán presiones de otros países para que los europeos hagan más, como por ejemplo aumentando los fondos de emergencia hasta 2 o 3 billones de euros (hasta unos US$4,2 billones) y pidiendo a los bancos que aumenten su capital más de lo que se ha establecido hasta ahora.

Muchos economistas, particularmente en EE.UU., dicen que la única solución real a la crisis es que el Banco Central Europeo corte las tasas de interés e imprima el dinero que necesita, algo a los que las autoridades monetarias europeas se han negado hasta ahora.
¿Qué pasará con la economía mundial?

Las economías de EE.UU. y el Reino Unido han perdido impulso en los últimos meses y por tanto existe el temor de que la recesión se produzca independientemente de lo que suceda en la hora.

Mientras tanto China tiene que lidiar con el dilema de una alta inflación emparejada con un sector manufacturero estancando.

Se ha hablado mucho de un "aterrizaje duro" para la economía china, que se ha apoyado cada vez más en inversiones financiadas en infraestructura y el sector inmobiliarios para mantener el rápido crecimiento de los últimos años.

Una nueva crisis financiera y una recesión mundial podrían dejar expuestos las grandes deudas de China, colocando su economía al borde del abismo y desatando posibles levantamientos sociales.

La crisis de la eurozona ya ha puesto a Occidente en vías hacia una recesión al impedir que los bancos presten dinero y debilitando la confianza en consumidores y empresarios.


¿Qué pueden hacer para conjurar una recesión?

La última vez que el mundo enfrentó un crisis en 2008-09, el G20 acordó grandes incrementos de gasto público y el corte de los tipos de interés por parte de los bancos centrales. Pero esta vez, adoptar ambas políticas sería mucho más difícil.

Mucho gobiernos o bien no pueden gastar mas (Italia), ya están temerosos de hacerlo (Reino Unido), están al límite de sus capacidad de gastar (China), son escépticos del mérito de esa política (Alemania) o enfrentan grandes obstáculos políticos domésticos (EE.UU.).

Mientras tanto, es mucho más difícil para los bancos centrales de Reino Unido y EE.UU. ayudar a sus economías porque las tasas de interés ya están prácticamente en cero y no pueden ser reducidas más.

Esos gobiernos pueden imprimir más dinero, a través de la llamada "flexibilización cuantitativa", pero si no va unido a más gasto público la efectividad de esa política podría ser limitada.

El BCE tiene la mayor posibilidad de estimular la economía. Podría cortar sus tasas de interés del actual 1,5% hasta cero. Además podría imprimir dinero y comprar la deudas de Italia y otros países.

Pero el hombre del momento, Mario Draghi, el recién investido presidente del BCE, y nadie sabe con certeza lo que él piensa o si podría convencer a otros en el banco a cambiar el curso.

BBC.