jueves, 19 de julio de 2012

Falta de sueño podría ser la razón detrás de la falta de acuerdo en Europa para solucionar crisis financiera



Si los líderes de los 17 países de la eurozona quieren verdaderamente resolver la crisis de la deuda que se abate sobre su moneda, les conviene consultarlo con la almohada.

No hay probabilidades de que esto suceda. De las últimas seis cumbres de Europa, tres terminaron no antes de las 4 de la mañana. La última, el 29 de junio, acabó a las 5:00 de la madrugada. Y las reuniones mensuales de los responsables de finanzas habitualmente se extienden más allá de la medianoche.

Estos horarios tardíos no han beneficiado a los líderes europeos y podrían ser una de las razones por las cuales el inicio de su próxima reunión, destinada a elaborar un rescate para la banca española el 20 de julio, está previsto para el mediodía. Existen pruebas fehacientes de que la falta de sueño incidió en la toma de decisiones deficiente que desembocó en los desastres de Three Mile Island, Chernobil y el derrame de petróleo de Exxon Valdez así como también en el malogrado lanzamiento del trasbordador espacial Challenger.

“No estamos bien diseñados para trabajar a horas avanzadas de la noche”, dijo en una entrevista Chris Idzikowski, uno de los fundadores de la Sociedad Británica del Sueño que analiza el reino de Morfeo desde hace más de tres decenios. “Es probablemente uno de los peores momentos para hacer negociaciones”.

Permanecer despierto demasiado tiempo imita los efectos de estar legalmente ebrio, según la investigación reciente. Estar levantado más allá de la hora natural de acostarse puede volvernos más vulnerables a la influencia de otro y más propensos a correr riesgos. Puede disminuir la función cerebral y llevar a errores de discernimiento.

A los líderes políticos europeos, por ende, les convendría irse a dormir a una hora “normal”, digamos entre las 22:00 y la medianoche, y dejar que el sueño haga su trabajo, dijo Idzikowski, que es director del Centro del Sueño de Edimburgo, en Escocia. “El cerebro piensa realmente en soluciones durante el sueño”, particularmente durante la fase del movimiento ocular rápido -o REM por su sigla en inglés- asociada al aprendizaje, la memoria y el soñar.

Investigación en la guerra

El sueño es tan necesario para la vida como comer o respirar. El primer estudio sobre privación prolongada del sueño se publicó hace más de un siglo, y el interés en la investigación creció durante las dos guerras, en la medida que los científicos buscaban formas de lograr que los trabajadores fueran más productivos y los operadores de radares estuvieran más atentos.

Aún hoy, los científicos tratan de explicar los efectos de la pérdida de sueño en el cerebro, con el financiamiento de sectores que funcionan las 24 horas del día, como el transporte y las fuerzas armadas. Esta investigación adquiere cada vez más importancia debido a que tanto las horas de trabajo como los tiempos de los viajes diarios de enlace aumentan, y los avances en las resonancias magnéticas funcionales, o IRMf, están permitiendo a los científicos realizar estos experimentos con mayor rapidez.

“Las nuevas imágenes del cerebro han sido posibles recién en estos últimos años”, dice James Maas, que enseñó psicología durante 48 años en la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York. “El cerebro había sido una especie de caja negra”.

Costo emocional

“Cuando les falta sueño, los niños, se vuelven malhumorados y lloran”, dice. “Los adultos se ponen nerviosos. Se vuelven irracionales, se vuelven emocionales, con síntomas similares al trastorno de déficit de atención. Si se monitorea su humor durante el día, alrededor de las 16:00-17:00 horas, las personas se vuelven muy susceptibles”, y sin una siesta, a partir de ahí todo va barranca abajo.

Los ministros europeos de finanzas se reunieron durante 13 horas y media para elaborar un acuerdo sobre un segundo rescate griego, rematándolo con una conferencia de prensa que no terminó hasta casi las 6 de la mañana el 21 de febrero.

“En los dos últimos años y nuevamente esta noche, aprendí que ‘maratón’ es de verdad una palabra griega”, dijo Olli Rehn, comisionado económico y monetario de la Unión Europea.

En la reunión informativa a la medianoche un mes antes, Rehn había dicho: “La hora de esta conferencia de prensa parece sugerir que hemos vuelto a un horario normal”.

No dormir durante toda una noche puede disminuir considerablemente la función cerebral, dijo Scott Huettel, director del Centro Interdisciplinario de Ciencia de las Decisiones en la Universidad Duke de Durham, North Carolina. Participar en una reunión muy movida, como un encuentro de ministros de finanzas, y tener que responder a diferentes personas que hablan o alternan entre conversaciones sería mucho más difícil, dijo Huettel.

Cambiar visiones

“Las decisiones que toma una persona dependen de materias primas: cuáles son los desenlaces buenos, cuáles son los malos y luego las preferencias en materia de riesgos”, dijo Huettel. “Generalmente, se suele decir que la falta de sueño vuelve más impulsivas a las personas. Lo que decimos nosotros es que puede cambiar la forma de ver las materias primas”.

“Las negociaciones que se prolongan toda la noche tienen algo”, dijo uno de los 17 jefes de gobierno de la zona euro a un pequeño grupo de periodistas. “Uno sabe que cuando empieza la noche quiere terminar y conseguir un acuerdo al final, porque volver sobre éste a la mañana nunca es una buena solución. Merkel aceptó seguir adelante con las negociaciones porque casi todos en la sala sabían que debíamos conseguir un acuerdo para el desayuno”.

Bloomberg.

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