La compañía tiene una situación financiera sólida, pues no sólo presenta un indicador financiero Ebitda superior al de de sus competidores, sino que ha realizado importantes inversiones en los últimos años
La experiencia privatizadora en Colombia ha sido magnífica. Pero para los nuevos dueños, pues para el país ha sido nefasta. La capacidad de engaño por parte de grandes intereses privados y de sus aliados en la clase dirigente y en grandes medios de comunicación es tan poderosa que ha logrado desinformar a la ciudadanía sobre la realidad del patrimonio público. Numerosas privatizaciones se han realizado bajo un mismo montaje o libreto, según el cual éstas salvarían de la ruina a dichas empresas y ahorrarían inmensos recursos públicos futuros a los colombianos. Nada más lejos de la realidad. Bajo un inmenso manto de mentiras y de exorbitantes y escandalosas subvaluaciones se enajenaron valiosísimas empresas del patrimonio público cuyas rentas futuras contribuirían a atender urgentes necesidades sociales y realizar grandes inversiones. Así quedó demostrado en un brevísimo plazo en casos como Carbocol, Telecom y del sector eléctrico, entre muchos otros. En efecto, Glencore, una de las tres firmas compradoras vendió su tercio de participación por US$ 1712 millones equivalente a ¡atención! quince veces lo que le había pagado a Colombia hacía pocos años. La Empresa de Energía de Bogotá según documenta un importante libro de Diego Otero, a los cinco meses de ser vendida se propuso su primera descapitalización; y sus sucesivas descapitalizaciones no implicaron rebajas tarifarias pero sí contribuyeron a que Endesa España comprara otras empresas en el mundo. La súbita y exorbitante valorización de Drummond, gracias a la licencia otorgada por Colombia, y de las acciones de Ecopetrol constituye evidencia adicional del tamaño del desafuero contra el patrimonio público.
En el caso de Telecom, Felipe Zuleta reveló cómo al tiempo que Telefónica de España informó en las Bolsas de Madrid y New York una importante mejoría comercial y operativa, el viceministro de Hacienda en cambio reveló pérdidas millonarias durante los dos últimos años y anunció que “a finales de este mes el banco de inversión Corficolombiana, apoyado por la firma de investigación de mercados Pyramid Research, entregará al Gobierno una recomendación sobre este tema”. ¡Curioso, por decir lo menos! Y como bien dice Zuleta “¿Quién quiere bajarles el precio a las acciones del Estado en Telecom y por qué? ¿Cuánto paga Telefónica Telecom a su casa matriz en servicios, transferencias, royalties, know how, etcétera, antes de mostrar utilidad o pérdida contable? ¡Urgente que la Contraloría intervenga para evitar un detrimento patrimonial!”(El Espectador 12/6/2011)
Antecedentes
Han sido numerosos los casos en que apoyados en estudios de banca de inversión cuyo conflicto de intereses es evidente, se subvalúan las empresas públicas a favor del nuevo dueño. Para la proyectada privatización de la ETB, según Cesar Giraldo “La recomendación del socio salió de un estudio contratado por la ETB al Banco Santander, entidad española que ha sido propietaria de parte del capital y cliente de uno de los dos candidatos a socio estratégico.” Y añade Giraldo “No hay relación lógica entre el diagnóstico (economías de escala) y la conclusión (necesidad de recursos financieros), máxime cuando durante ocho años la empresa bogotana ha sido calificada en los mercados financieros como triple A, tiene flujo de caja altamente positivo, y los pasivos pensionales están muy bien fondeados.” Y ello pese a que las normas han limitado la capacidad de competir a las empresas locales frente a la libertad absoluta de mercado para las multinacionales, en una inaceptable asimetría, según Giraldo (Desde Abajo 26/8/2009). Dicha calificación ha sido ratificada por un informe reciente de Fitch Ratings cuya visión sobre la empresa difiere de la de los privatizadores, quienes auguran su ruina de no ser vendida. Más aún, el informe revela que la empresa tiene amplia capacidad de endeudamiento, opción que en criterio del Nóbel Stiglitz sería preferible a su venta en caso de empresas de patrimonio público generadoras de cuantiosas rentas.
Argumentos contundentes desaconsejan privatizar la ETB como lo evidencia la propia calificación de Fitch Ratings. Aurelio Suárez y sus testigos en el programa “Veredicto” (http://www.youtube.com/watch?v=uiJWY83E6K8) mostraron que la ETB tiene un papel estratégico para la Nación, es un gran jugador en el mercado de telecomunicaciones, tiene importantes funciones sociales que no serían realizadas por empresas privadas, su situación financiera es sólida, no sólo presenta un indicador financiero EBITDA superior al de de sus competidores, sino que ha realizado importantes inversiones en los últimos años y tiene la capacidad para enfrentar nuevos desafíos tecnológicos. En cambio, los argumentos en pro de la privatización son deleznables; por ejemplo, Jorge Humberto Botero, afirmó que esta discusión ya está cancelada puesto que en el resto de América Latina la telefonía fija y móvil está privatizada; este razonamiento tiene la misma validez que haber aducido en los años setenta que antecedieron a “la década perdida de América Latina” que dado que la región estaba en una loca carrera de endeudamiento, Colombia debía imitarla. Contrariamente, al apartarse de este camino Colombia experimentó el mayor crecimiento y estabilidad macroeconómica en la región en los ochenta.
Los sólidos argumentos en contra de la privatización no impedirán que poderosos intereses privados la impongan como ocurrió con Telecom, Carbocol, etc. La alcaldesa Clara López ya tiene un lugar destacado en la historia de Colombia por su probado valor moral y su inmensa valentía en su demanda ante la Corte Suprema que permitió consolidar el proceso de la parapolítica, y por su denuncia de los “falsos positivos” en Soacha. Ojalá enfrente con el coraje que la ha caracterizado la ilegalidad, denunciada por el Polo Democrático, del nombramiento de una alcaldesa adhoc para presentar un Proyecto de Acuerdo para la privatización de la ETB.
El Nuevo Siglo.
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