Unos 10.000 trabajadores al servicio de multinacionales petroleras en el este de Colombia suspendieron sus actividades en solidaridad con un millar de obreros que fueron despedidos, informaron hoy fuentes sindicales y autoridades locales.
Al menos seis personas resultaron heridas y siete vehículos incendiados en los desórdenes, que coincidieron con la declaración de la huelga, dijo Óscar Bolaños, alcalde de Puerto Gaitán (este), la localidad en la que estalló el conflicto laboral.
Bolaños informó a radios locales de que la zona de exploración y explotación de crudo está afectada por "desmanes" desde el lunes por la madrugada.
Las protestas, en las que participan obreros y habitantes de la zona, hicieron que el Gobierno colombiano enviara a la zona a un contingente de policías del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) que, según portavoces sindicales, han agredido a los manifestantes.
"Los trabajadores están muy disconformes con la industria (del petróleo)", agregó el alcalde de Puerto Gaitán, población del departamento del Meta en el que está situado el Campo Rubiales, operado por la canadiense Pacific Rubiales Energy.
La crisis se desató tras el despido de 1.100 trabajadores de la empresa colombiana Montajes JM S.A., contratista de Cepcolsa, filial de la multinacional española Cepsa, que realiza tareas en la región junto a Pacific Hocol y la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol, estatal), entre otras compañías.
El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), Tarsicio Mora, dijo a Efe en Bogotá que los obreros fueron despedidos tras haberse agrupado en un sindicato para exigir mejores condiciones laborales, salariales y sociales.
En solidaridad, unos 10.000 operarios petroleros de la región declararon un cese de actividades, agregó Mora, quien denunció que estos obreros deben aceptar tipos de contratación por períodos de incluso 28 días, que se renuevan tras una semana de descanso.
El vicepresidente de Colombia, el exsindicalista Angelino Garzón, ha asumido la mediación en esta crisis y como tal recibió el lunes en su despacho a autoridades locales y regionales, representantes de las empresas del sector y delegados sindicales.
La reunión terminó con un acuerdo del que se separó la representación de la CUT por considerar que no podía obligar a los trabajadores en huelga a que levantaran la protesta.
"La CUT ratifica que tiene voluntad de diálogo y que su afán no es el de crear conflictos, sino el de buscar una acercamiento entre las partes", afirmó Mora.
El dirigente sindical lamentó que el auge petrolero de Colombia genere problemas sociales, como la prostitución, y medioambientales, como la contaminación de fuentes de agua, que a su juicio no son atendidos por el Gobierno.
Además, consideró que Colombia pierde su riqueza por los contratos de asociación con multinacionales, cuya participación en ellos es del 70 por ciento frente al 30 por ciento del Estado.
Agencia EFE.
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